Aunque muchos afirman que los orígenes del West Highland son comunes con los del Cairn terrier (basándose, entre otras cosas, en el hecho de que hasta 1924 se permitían los cruzamientos entre estas dos razas), es más creíble la tesis, sostenida por varios cinólogos, que pone a esta raza como casi originariamente autóctona, que ha ido sufriendo una serie de modificaciones a través del tiempo, incluso con el aporte de otras. Su tierra de origen es el condado de Argyllshire, donde, como consecuencia de extrañas mutaciones, muchos animales tienen la capa completamente blanca (zorros, liebres y gallos de monte). Este perro era empleado como cazador de zorros y, particularmente, apreciado por su capa bien visible incluso de noche. A pesar de sus antiquísimos orígenes, el reconocimiento oficial de la raza se produce en los primeros años de este siglo y desde entonces se ha difundido muy rápidamente en diversas naciones.